El Instituto de Enseñanza Secundaria (IES)Torreón del Alcázar es un centro plural, libre, crítico y participativo. Sus 1.036 alumnos, sumados al resto de la comunidad educativa, son conscientes de que «todas las personas son diferentes, pero tienen los mismos derechos». Por ello, en la mañana de ayer, la Asamblea de Cooperación por la Paz le hacía entrega a su director, Emilio Arévalo, de la placa «Escuelas sin Racismo», un proyecto europeo que aborda la educación por la tolerancia desde el concepto de la interculturalidad y del conocimiento propio.
En el «Torreón del Alcázar», el diez por ciento de su alumnado es extranjero, lo que arroja una media de dos a tres adolescentes de otras nacionalidades diferentes a la española por aula. A lo largo de este curso, la ONG, según explicó Alicia García de la delegación ciudadrealeña de Asamblea de Cooperación por la Paz, ha trabajado con los chicos a través de talleres que han potenciado valores como el diálogo. «Se trata de luchar por un mundo más justo, más solidario y más democrática», precisó García que, así mismo, agradeció la implicación del instituto en este programa educativo.
Arévalo, que se mostró orgulloso del título concedido, instó a los jóvenes estudiantes a conservar «la huella» de un acto que calificó de «significativo». Una clase magistral en la que se puso de relieve que «cualquier tipo de discriminación basada en el color de piel, el idioma, la religión, la orientación sexual, el género, la discapacidad, la nacionalidad o en cualquier otra causa es inaceptable». Y es que, según arguyó García, el comportamiento social que considera inferiores a las personas sólo crea divisiones y conduce al odio.
La técnico de Asamblea de Cooperación por la Paz aseguró que «la diversidad es riqueza y forma parte de la naturaleza del ser humano». «El Estado español aboga por una educación que permita el desarrollo de los valores comunes que constituyen el sustrato de la ciudadanía democrática en un contexto global», recordó en este sentido.
De este modo, todos los alumnos de «Torreón del Alcázar» suscribieron el compromiso de rechazar cualquier comentario, argumento o prejuicio discriminatorio y, por ende, a combatir cualquier forma de exclusión a causa de la raza, el sexo, las creencia religiosas, las discapacidades, así como la orientación sexual o cualquier otro motivo ideológico.
La escritora y colaboradora habitual de La Tribuna, Nieves Fernández, dio lectura al cuento Sonia es pelirroja, que narra la historia de una chica que pertenece a una minoría, ya que las personas de pelo entre anaranjado y rojizo representan tan sólo un dos por ciento de la población.
Fomentar acciones encaminadas a la consecución de una convivencia en armonía y llena de contrastes en la sociedad se revela fundamental porque la diversidad, lejos de desunir, enriquece. Así, queda más que demostrado que los prejuicios tan sólo derivan de la ignorancia.
(Fuente: http://www.latribunadeciudadreal.es)