1/5 de abuelo

Un quinto de abuelo

ASSITEJ España
Finalista Premio ASSITEJ España de Teatro 2012
Colección «Teatro ASSITEJ España» nº16
Madrid, 2014
Coordinador publicaciones: Juan Luis López Berzal
Págs.:398
Formato: 13×19
Edad recomendada: Jóvenes
Edición patrocinada por el INAEM (Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música) del Ministerio de Educación Cultura y Deporte

La calidad excepcional de los textos presentados al Premio de Teatro 2012 que convoca ASSITEJ España, ha propiciado la presente publicación en un solo volumen de las tres obras finalistas. Si bien las tres están escritas con estilos bien diferenciados, las tres coinciden en plantear una reflexión sobre distintos aspectos de la actualidad social.

Asi, basándose en en hechos reales, en Lo que no se enseña Alberto del Casso pone sobre la mesa la polémica surgida por el uso del velo islámico en centros de enseñanza. Pero trasciende este asunto para criticar con acidez nuestro sistema educativo y la hipocresía de la sociedad.

Fusa Guillén propone una obra con tintes fantásticos, La noche de Samaín, enmarcada en Galicia y su cultura, para mostrar las relaciones entre adolescentes de diferente condición, sus prejuicios, y la importancia de respetar al otro.
Finalmente, 1/5 de abuelo, de Nieves Fernández, es una farsa que presenta de forma lúdica pero con crudeza la realidad de los ancianos despreciados, marginados y abandonados por sus propias familias, describiendo una parte de la sociedad que quizá ha perdido ciertos valores que un día sí tuvo.

«Asociación de Teatro para la Infancia y la Juventud – ASSITEJ España» (Contraportada del libro)


La obra de Nieves Fernández Rodríguez, 1/5 de abuelo, rompe con el naturalismo y se acerca a la parodia simbolista, más frecuente en el teatro para niños. También otros elementos estructurales parecen vincularla a la etapa preadolescente: se acorta ligeramente el texto (noventa y una páginas), y son cinco los actores necesarios, tres de ellos desdoblados en cinco personajes. Además de tratarse de un texto algo más breve, los elementos escénicos están al servicio de la compresión, de forma que la palabra cede peso a los aspectos no verbales.
La obra reflexiona sobre el papel de los abuelos en la familia actual, censurando la falta de respeto con la que se les trata al anular su libertad y capacidad de decisión con demasiada frecuencia. En el primer acto se plantea el problema: la soledad del abuelo que hace necesario que abandone su casa y viva con sus hijos, pero se aborda con elementos simbólicos como una danza con su bicicleta o una charla con Doña Memoria. En los actos siguientes cinco familias, cada una de un color, se hacen cargo del abuelo viudo. Ahora, junto al cromatismo, la música delimita el cambio de actos, así como en la escenografía, al emplear pancartas con numeración para poner explícitamente en relación el título de la obra y su trama. De este modo, la repetición de la acción es el eje que vertebrador: llegada del abuelo a la familia, reacciones y rápido traslado a la siguiente familia. La convivencia no funciona en ningún, caso aunque por distintos motivos: falta de intereses comunes, exceso de tareas encomendadas, maltrato de los nietos, falta de espacio, distancias enormes. El acto VII cierra la obra con la desobediencia del anciano, que decide viajar en globo con una mujer con la que quiere compartir sus últimos años. Con todo, predomina el tratamiento paródico, y los personajes son marionetas, como observamos en los nombres de los personajes, Hijo Azul, Nuera Azul, Nieto Azul, Novia Multicolor, etc., o sus cambios instantáneos, como el enamoramiento súbito del anciano. No faltan otros elementos característicos del teatro para niños, como la apelación e intervención del público, con quienes el abuelo comparte sus globos, sus flores, sus pajaritos y su tarta de cumpleaños, y la explicitación del mensaje en palabras del abuelo al final de la pieza.
Parece que al igual que en la novela juvenil, la literatura dramática para adolescentes perfila claramente una oferta especializada para cada edad.

Isabel Lozano Doctora en Filología Española y profesora del IES Jaime Ferrán Clúa (San Fernando de Henares)

Revista EL KIOSCO TEATRAL Sección Leer Teatro. Asociación de Autores de Teatro

 


 

 

COMIENZO DEL LIBRO

– Acto I –
 

– Escena I –

Personajes: Abuelo y abuela.
Escenario y decorados: Bicicleta aparcada con cestilla incorporada, en ésta un gran ramo de flores. En el rincón izquierdo un jarrón grande y un póster gigante -sobre base rígida- de mujer madura, tiene el rostro y las manos previamente recortados para dar más realismo y viveza a la escena, por ahí se asomarán el rostro verdadero y las manos reales del personaje de la abuela. La foto representa a alguien del pasado, se le da capacidad de movimiento para contrarrestar la soledad del viejo.

(Luz intimista y cálida. El abuelo sale a escena, se sube a la bicicleta y, después de dar varias vueltas, se baja y camina llevando la bicicleta rodando consigo. Toma el ramo de flores, huele su aroma con un gesto de tristeza. Suenan campanas también muy tristes, aparca la bici, toma las flores y camina hasta llegar al rincón del escenario, mucho mejor iluminado que el resto, donde se encuentra el jarrón y la foto-póster de la mujer.

Suena una romántica canción. Los ojos de la mujer parpadean, los brazos se mueven al compás de la música. El abuelo deja las flores en el jarrón muy despacio. Acaba la canción, la mujer del póster dice adiós con la mano, el abuelo vuelve la cabeza varias veces. Es su modo de decir también adiós en silencio. Otra vez el repique de campanas. Se apaga la luz del rincón del póster. El viejo se sube de nuevo a la bicicleta. Ahora la música es muy diferente, es un ritmo de cha, cha, cha alegre y escandaloso que le trae recuerdos de su juventud. Coloca la bicicleta en vertical, la toma del manillar tal si fuera una dama y se dispone a bailar con ella. Se ilumina totalmente la estancia.)

ABUELO: (Animoso.)
Señorita, ¿me concede este baile?
(El manillar niega con un giro de su empuñadura.)

ABUELO:
¡Por favor! (Entusiasmado.) Insisto en que bailemos este cha, cha, cha.
(La bicicleta realiza una ligera inclinación, accionando sus ruedas con pose elegante. Es su forma de dar el consentimiento para salir a la pista de baile.La música que había bajado anteriormente su volumen ahora se eleva exageradamente para acompañar esta extraña y movidita danza de hombre y bicicleta. Acaba la canción, el abuelo hace una reverencia a su bicicleta en señal de agradecimiento y a correo seguido se sube a ella. Silencio absoluto. De pronto, arranca con energía, toca el timbre, corre tan veloz como le permite el escenario, hace derrapes y otras habilidades ciclistas, frena de golpe al oír las voces de los miembros de su familia. También se frena la luz, ahora sólo un foco se dirige al hombre de la bicicleta.)

VOZ EN OFF DE UNO DE LOS HIJOS:
¡Padre! Deje la bicicleta ahora mismo.

VOZ EN OFF DE UNA DE LAS NUERAS:
¡El abuelo se va a estrellar!

VOZ EN OFF DE UNO DE LOS NIETOS:
¡Para, abuelo! Eres demasiado viejo para hacer eso.

VOZ EN OFF DE UNO DE LOS HIJOS:
Está visto que no puedes vivir solo. Un día te caerás o te pillará un coche.

VOZ EN OFF DE UNA DE LAS NUERAS:
Tienes que llevar una vida mucho más tranquila. ¡Ven con nosotros!

VOZ EN OFF DE UNO DE LOS NIETOS:
¡Sí, abuelo, vente a vivir con nosotros!(El abuelo se baja de la bicicleta con parsimonia. Otra música triste acompaña ahora al hombre y a la bicicleta que han dejado de correr. Se agacha y besa el manillar que ahora es la mano de una fina dama, con perfecta y elegante reverencia.

La bicicleta queda tendida en el centro del escenario. El abuelo sale de la escena abatido y desilusionado por el rincón contrario al lugar del póster y las flores. Se ilumina ahora el rincón de la abuela, quien llora silenciosamente y se enjuga las lágrimas.)

PENUMBRA

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