La España rural clama atención con el grito poético de “Palabras al campo”

Participantes en el XII encuentro Oretania de Poetas
Patio de San Francisco. Calzada de Calatrava
El sábado 22 de mayo, en el ‘Patio San Francisco’ de Calzada de Calatrava, se logró reunir a un grupo de poetas, del libro «Palabras al campo» editado por Ediciones C&G, en una velada de lectura y reflexión, en la que casi un centenar de personas disfrutaron del duodecimo encuentro de poetas de la provincia de Ciudad Real. 

En el acto, promovido por el Grupo Oretania y organizado por el ayuntamiento calzadeño, los hacedores de palabras se vaciaron provocando todo tipo de sentimientos en unos asistentes que lo supieron agradecer con cariño y atención. Una tarde manchega en la que poetas y público conectaron desde el principio y en la que se puso voz a ese grito sordo que llena los, cada vez más vaciados, pueblos de una España rural que clama atención.

El acto fue presentado por la Directora de la Biblioteca Municipal “Cervantes” de Calzada de Calatrava, Mª Mercedes Alonso Díaz. En sus palabras, para el prologuista del libro, Pedro Antonio González Moreno, hizo alusión a la primera vez que escuchó recital al poeta calzadeño, “fue en el parque, siendo él, muy, muy joven. Salvatierra y Calatrava al fondo, fueron testigos silenciosos de su lectura, no recuerdo el poema, pero si lo que pensé cuando lo escuché: Este chico llegará lejos”. Alonso Díaz dio paso a Mari Pepa Ciudad Molero, concejala de Educación, quien dijo haberse “emocionado” con la lectura del libro y “transportada a su infancia”, recordó “el frescor del amanecer” en las “aguaderas del borrico” junto a su hermana camino del cortijo. Ciudad aseguró que, para ella, es un “orgullo vivir en un pueblo”.

Por su parte, Pedro Antonio, hizo ver que las musas, de alguna manera, se habían aliado con el XII Encuentro Oretania de Poetas, cancelado en su fecha habitual del mes de noviembre, para celebrarse en el momento en que la portada del libro, ‘Palabras al campo’, estaba más en consonancia con el entorno “un precioso campo de espigas doradas, recién maduras, que es el campo que tenemos ahora en mayo”. Según González Moreno, “no podía resultar más oportuno, en estos malhadados tiempos que vivimos, el tema elegido para el presente libro, porque no hay ventanas con mejores vistas que las que se abren hacia esos campos o hacia esos pueblos que durante años hemos tenido tan olvidados”.

Para Luis Díaz-Cacho, coordinador de los encuentros, el prólogo del poeta de Calzada de Calatrava, Pedro Antonio González Moreno, es “una magnífica y muy personal reflexión sobre la tierra, el campo y lo rural, como patria indeleble que permanece en nuestra memoria”, el poeta solanero asegura que “no existe recuerdo más nítido para cualquiera de nosotros y de nosotras que los recuerdos de la infancia, los momentos vividos que atesoramos en un lugar inmaculado de nuestro cerebro y que nos acompañarán a lo largo de nuestras vidas. La tierra que nos vio nacer, el campo en el que trabajamos, jugamos y disfrutamos, los colores, los olores y los sabores del paisaje”.

Díaz-Cacho, explicó que el objetivo de “Palabras al campo” es reivindicar la presencia de las personas en el medio rural, así como el mantenimiento de la población. El libro “tiene la intención de balancearnos en la memoria, de sumergirnos en los recuerdos, de abrazarnos con la tierra que amamos y en la que (muchos de nosotros) vivimos y permanecemos”, según el coordinador del ‘XII Encuentro Oretania de Poetas’.

Poetas

Encuentro en el que han participado diecisiete de los veintidós poetas que componen el libro.  A Calzada de Calatrava no pudieron asistir Antonia Cortés, Cristina Díaz Aragón, Isabel Villalta Villalta, María del Carmen Romero de Ávila Torrijos y María Antonia García de León y Álvarez.

Imposible resumir el contenido de los poemas leídos, donde predominó el verso libre, sin faltar los romances, los sonetos y los largos poemas sonoros y rimados. La ronda de intervenciones la inició Elisabeth Porrero Vozmediano, de Ciudad Real, con “Hay manos/que tienen en sus dedos/campos infinitos de amapolas/y siempre nos regresan/al candor de la infancia”. A continuación, el poeta de Torrenueva, afincado en Ciudad Real, Eugenio Arce, “Tu grácil ligereza ha de vencer/la fuerza terrenal, pues mi ventura/aumenta cuando tú ganas altura/metáfora de un nuevo amanecer”. Le siguió una reivindicativa Natividad Cepeda, la tomellosera, lanzó el mensaje de que “el campo se muere, está moribundo, cuando no hay jóvenes trabajando en el campo es porque no hay vida”. Seguidamente recitó su poema ‘El banco ajado’, “Cuanto más lo miraba/más se acrecentaba su ruina y abandono”. A continuación, el daimileño Eusebio Loro, recitó ‘Mirada atrás’, “Muchas lágrimas de mis ojos,/han caído en la tierra,/los terrones sedientos/beben, ansiosamente/el dolor que encuentran”.

Pilar Serrano de Menchén, de Argamasilla de Alba, dedica su colaboración a la ‘Despoblación-La Mancha vacía’, “Cruzo pueblos vacíos sobre amor sus ternuras,/rescato rebeldías,”. De Tomelloso, Eloísa Pardo Castro, recitó al pétreo castillo calatravo, “El castillo se alza sobre la montaña,/potente,/prepotente, /domeñando horizontes,/fortaleza codiciada desde los inicios,/piedra dormida, /sabia,/reflexiva”. Juan José Guardia Polaino, de Villanueva de los Infantes, se unió “a ese grito, a ese río de rebeldía”, “Aquí la filigrana de su curso/fue humillada y fue proscrita,/y rotas y anegadas sus aguas/por siglos de hieles y contiendas fratricidas”.    

Alfredo Jesús Sánchez Rodríguez, natural de Castellar de Santiago y residente en Ciudad Real, clamó, “Cielo azul de vencejos en el aire,/saetas del verano de alegre algarabía./Infancia luminosa de campanas/anunciando la tarde,/inmensa en el crepúsculo”. María José Redondo Sánchez-Migallón (Mayu Redondo) de Ciudad Real, recitó “Resiste,/aún quedan primaveras/en las hojas de tu pecho”, y por su parte, Teresa Sánchez Laguna, de Valdepeñas, leyó uno de sus romances, “Cruza un riachuelo soñando/con renovar esta tierra,/tierra de grandes viñedos/y retama en sus riberas”.

Presentación Pérez González, de Villanueva de los Infantes, “Acogí en mis sentidos el habla de la tierra,/fue una conversación a quemarropa./Cuando escuché la brisa que pronunció mi nombre,/me eclipsé en el túnel del sueño”. De Almagro, Nieves Fernández Rodríguez, “Lobo no era un lobo./Acaso podría ser un perro lobo/por su parecido con el lobo,/pero tampoco era un perro lobo”.

María del Carmen Matute Rodero, de Santa Cruz de Mudela, le cantó a las lagunas de Ruidera, “Escalera de agua,/lagunas que caminan/sobre los campos vivos/de Montiel en La Mancha”, y Charo Bernal Celestino, de Puertollano, hizo lo propio con la tabla de la Hiedra, “Miro el envés plateado de sus manos frágiles/jugando con los hilos del sol,/y descubro la anestesia necesaria/para aliviar mi alma del bofetón urbano”.

El solanero Luis Romero de Ávila Prieto, dice que “en los campos sinceros. Se nos labra/la vida por las venas, mi palabra/es un verso de rima en consonante”, y de Manzanares, Juana Pinés Maeso, cuenta “Y en esta tierra agria de agobiantes solanas/hermosa sin embargo, hermosa sin saberlo,/he nacido dos veces al claror y a la vida”. El punto final de la parte poética, lo puso el poeta de La Solana y coordinador del encuentro, Luis Díaz-Cacho Campillo, “Es la España rural que sobrevive/con un verso de amor en su silencio”.

Música

Si la palabra viene siendo el lema para estos encuentros de poetas que organiza el Grupo Oretania, la música no faltó a la cita y, en este sentido, los organizadores del evento junto al Ayuntamiento calzadeño quisieron reflejar la estrecha relación existente entre la poesía y la música y la fuerte apuesta por la cultura manchega. Para esta ocasión, la música estuvo a cargo del quinteto local CRquintet, quienes realizaron cuatro intervenciones: Canon en re mayor de Pachelbel, Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo, The old castle de Mussorsky y Andante de Purcell.

Poetas del barro

Se ha contado, como viene siendo habitual, con los “poetas del barro”, los alfareros del Alfar Arias y el Centro Alfarero La Estación, María de Gracia Arias, Ángel Leal y María Gracia Leal Arias, pioneros y adalides de la provincia en todo lo relacionado con el desarrollo y promoción del mundo de la cerámica y la alfarería, es una familia que ha dedicado gran parte de sus vidas a rescatar la alfarería más tradicional y a compartirla con todos aquellos que, de una manera u otra, se acercan a su taller y que colaboran con estos encuentros poéticos desde el principio, quienes hicieron entrega a cada uno de los participantes de un jarrón diseñado por ellos especialmente para el encuentro en Calzada de Calatrava.

Fotografías

Cabe destacar que las fotografías del libro, presentado en Calzada de Calatrava, han estado a cargo del fotógrafo Ventura Huertas Serrano (Vhserrano), fotógrafo de prensa en diferentes medios de comunicación, que en su faceta más artística ha expuesto su obra, entre otros lugares, en el Museo Cristina García Rodero con la exposición ‘Miradas diferentes’.

(Fuente: www.oretania.es)

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