Tres personajes curiosos son los que dan título a este escrito y que no son sino protagonistas de los libros publicados por un psicólogo, personajes de las historias del escritor y crítico ya especializado en el género negro, José Ramón Gómez Cabezas. Réquiem por la bailarina de una caja de música reza el título de la primera historia. Hace unos años nos ofreció esta primera versión del género negro, historia ambientada en Ciudad Real, su ciudad de nacimiento. El protagonista de la misma es el joven Joaquín Córdoba Martín de la Vega, quien la cuenta en primera persona en el libro, mientras este huérfano de madre se pasea por las calles de la capital, por la calle Postas, por los soportales de la Plaza Mayor, por la Iglesia de San Pedro, por la calle Palma, por el Parque Gasset, por la calle Alarcos, por las vías del tren, por las tabernas, por las pensiones y por un comedor social que ahora nos recuerda a los de esta crisis tan inoportuna de carencias de alimentos, Jose Ramón nos contagia la curiosidad por saber más del juez Calatayud, del doctor Messía o de las gentes descritas de la época.
José Ramón Gómez cabezas en esa primera obra tampoco puede dejar de hacer un homenaje a Plinio, jefe de Policía de Tomelloso, héroe manchego donde los haya, quien es llamado a dilucidar sobre la desgraciada historia de esa muchacha francesa venida a Ciudad Real, Lucienne, de quien Joaquín tiene mucho que decir o explicar en esta novela negra.
Ahora, la editorial toledana Ledoria vuelve a tomar cartas en el asunto para publicar la segunda parte, aunque se presenta como historia independiente, de los sucesos que giran alrededor de esta joven francesa apresada en un libro y de lo que le acaeció. De nuevo, el misterio ambientado en lugares y personajes de Ciudad Real, la Iglesia de San Pedro y un sacerdote como protagonistas. Si la primera parte se sitúa en 1925, y nos trae pinceladas de un Madrid de la época y hasta de otros acontecimientos como los de la Semana Trágica de Barcelona, con un joven Joaquín celebrando sus veinticinco años, la segunda parte titulada Orden de Búsqueda y captura para un ángel de la guarda, se sitúa en los años ochenta para situarnos al joven antihéroe en otro contexto muy diferente, amenizado hasta con el episodio del matador de toros Cagancho en Almagro, junto a otros relatos de delitos fantasmagóricos como son una serie de robos en casa de ricos pudientes, una desaparición de bebés y un hallazgo de cráneos misteriosos. Elementos todos que el autor conseguirá mezclar para llegar a un final tal vez tan desconcertante como en su primera obra de este género negro que tan bien conoce.
Nueva y magnífica obra del autor ciudadrealeño y de un género tan en boga y con tanta aceptación como tiene la novela negra en la actualidad.