Si partimos del presente surgen palabras repetitivas, palabras que suenan en nuestros días como si tuviésemos fijación por ellas. Son esas palabras de moda que, por usarse demasiado, se hacen pesadas o graciosas, irreverentes o interesantes, cargadas de razón o expresiones chics o vulgares.
Por poner un ejemplo con una de estas palabras utilizadas, chic, es más fácil utilizarla como expresión del siglo XXI que hacerlo como uno de sus sinónimos que nos llevarían por lo pronto al siglo XIX, tales como son los adjetivos elegante o distinguido.
Hoy en día en estas mismas fechas de mayo de 2012 es fácil utilizar palabras como ajuste, (en recursos) y recorte (en gastos), también otra como aumento (en listas del paro) y disminución (en servicios) para demostrar que el futuro no es nada halagüeño. Palabras como economía están en la boca de todos, tanto que ya están haciendo mella y ante tanta protesta y pesimismo, surgen otras voces que nos llevan a una transformación paulatina tanto a nivel personal como profesional, ciudadano, empresarial, social, porque se anuncia un cambio radical de la persona y todo eso se escucha en el aire.
Sin embargo, hay palabras muy sonoras y antiguas como alirón que tienen un curioso origen, es ese cántico deportivo que todos los futbolistas y aficionados cantan por estas fechas y que el Real Madrid ya ha cantado con la Diosa Cibeles, “al iron” significa mucho hierro, relacionado con la minería vasca, los ingleses y el hierro; en una época no moderna era bueno tener aquel alirón a tu lado.
Y hablando del Real Madrid, también de moda, y de los madridistas, ¿han visto cómo cambia el sufijo en algunas palabras?, madridista como seguidor del equipo de su nombre, pero también seguidor de una persona como juancarlista o sofista, esta última palabra muy actual y comprensiva referida al seguidor de la Reina Doña Sofía.
Y si seguimos hablando de las palabras y terminaciones, hay unas muy habituales en los medios de comunicación, al pronunciarlas en su letra o acentuada por su sonoridad dan miedo, son éstas: perdón, educación, curación, expropiación, anulación, concentración, declaración, manifestación, detención…
Todas son palabras de moda, que no modernas. Muchas son pesimistas, pero ya se empiezan a escuchar las optimistas, porque pese a los hechos tristes se piensa en positivo. Las hay que se nos cuelan por los oídos y los ojos y nos las adueñamos por un tiempo a fuerza de usarlas, o bien se adueñan de nosotros para siempre. A veces son negativas como una resta sustraída a la diferencia de una prima de riesgo, que ya es decir, a veces son maravillosas y se usa este adjetivo con ironía para dar en los ojos.
Cuidado con las palabras que utilizamos. Como la ropa, los zapatos y los peinados crean tendencia, como se dice ahora, en el mundo de las pasarelas y los entornos fashion.