Vamos hacia la Navidad, irremediablemente, satisfechos de llegar a ella aunque nos falten varias personas. Somos los que somos en esta fiesta comercial-solidaria, olvidadamente religiosa, donde aún triunfan los belenes y los árboles verdaderos plantados o arrancados, se siguen adornando con tradiciones.
Recientemente, hay verdadera pasión en rivalizar en adornos y mitos: Se planta, no el árbol, sino el cono iluminado más alto, que llegue a las estrellas, el más elevado del barrio, de la ciudad, de la comunidad, porque no es malo crecer, las alturas son optimistas y si hay más gente hay más ingresos, más empleo, más vida…
Se colocan luces espectaculares en la plaza, ciudad bonita, superpoblada, animará a viajar y al consumismo osado, ése que siempre riñe con el pequeño comercio de la esquina, sólo falta que cada paquete de Amazon o IKEA lleguen a casa con una cuerda iluminada, para que se igualen con las tiendas pequeñas en detalles íntimos y personales. No debí dar la idea. Pero es lo que le falta a esa forma mayoritaria de comprar, a esa manía de tener los mismos productos en casa, olvidando el barullo y la aglomeración. Misma decoración, mismos colores de estancias, objetos, muebles, mismo todo, como cuando se inició la moda de llevar la misma ropa, mismos vaqueros, mismo peinado…
Pero, cuidado, antes del día 20 te habrán invitado a innumerables presentaciones de libros, con la mejor presentación, el mejor precio, coge alguno, todos pueden ser interesantes, lo malo es no tener libro para presentar, digo regalar, en ese afán de que haya más libros que lectores, pero habrá en primavera, es la fecha que queda. Ahora, se compra autor en Navidad, se vende lector, se compra o vende libro para envolverlo en aires de misterio y literalidad. Todo es vendible. Sepan que el premio Planeta no lleva tanta casualidad al presentarse en octubre en santa Teresa, por mucho que digan el motivo de la fecha, está próximo a Navidad y aunque se sepa el autor premiado, a juzgar por lo rápido que sale la portada a los medios y esté puesto en librerías con celeridad, sabemos que tras la santa, llegan los santos, la santa lotería y la Navidad, son ciclos.
Queda la tarea de envolver regalos, que nadie compre papel brillante, debemos hacerlo con papel de periódico ecológico, ¿sí? Lo siento, estas palabras mías llegan a él desde hace décadas, igual que las de mis compañeros y aunque he visto churros envueltos con él, lo he visto higiénico, he limpiado cristales, he cubierto cajones antiguos, he guardado recortes cual joya, quiero romper una lanza a su favor: Viva el papel de periódico que nos hace ecológicos desde siglos, ahora es el mejor envoltorio, para que palabras como éstas envuelvan tu regalo.
Navidades infantiles y de mayores, regalos y papeles ecológicos, este año con la Cumbre, obligados a buenos envoltorios de intenciones.