Las dos Castillas de Luis García Pérez

Nació en Zamora, en Pereruela, fue su primera Castilla, Castilla y León, la que le dio herencia y fuerza, una familia numerosa y valores para pasar, ya formado como profesional de la docencia, a la Castilla de al lado, por aquello del destino del profesor, a Castilla- La Mancha. Tras varios pueblos, ya con su propia familia, llegó a Puertollano y allí se quedó durante años hasta cambiar a la capital ciudadrealeña en la jubilación para vivir por otras razones más cercano a sí mismo. Comenzó su viaje personal por el Duero y lo continuó por el Guadiana.

Luis García Pérez obtiene más de 500 premios literarios, sobre todo, de poesía, pero también de otros géneros. Tiene publicados 25 libros de poesía, 5 de narrativa, incluso un librito de poesía infantil, muchos de ellos premiados. Uno de sus últimos premios es el conseguido en el XXII Premio de Poesía “Aurelio Guirao” 2023, en Cieza, Murcia. Con la particularidad de que es la segunda ocasión que lo gana. El primero fue “Planeta herido” y el más reciente en 2023, “El humo de los días”.

Como maestro y doctor en Filología Hispánica se las sabe todas para con el lenguaje, es un gran profesional del mismo, a veces trabaja la rima clásica o el verso libre. Pertenece al Grupo Literario Guadiana y ha dirigido durante décadas la revista literaria Alforja de Estaribel que tantas satisfacciones nos dio en lecturas y publicaciones.

En “El humo de los días” equipara la gran metáfora de la vida con la hoguera que somos, la que tenemos encendida y que poco a poco se apaga a medida que el tiempo se nos va de las manos y de las ascuas. Comienza con un breve prólogo de Natalia Macías, en realidad comienza por una dedicatoria sencilla a mí misma dirigida, con una letra de las que ya no existen, la de los maestros bien curtidos en estos menesteres de la caligrafía, nos imaginamos sus manuscritos así, una delicia. También la dedicatoria lo es. Natalia lo denomina poeta de largo recorrido, así es este poeta conocedor de al menos dos largos ríos de gran recorrido, como su vida de escritor, “bello poemario de múltiples resonancias”.

Al no poder escapar del poema clásico por excelencia, ya que es un gran sonetista, antecede su obra con un soneto, “A manera de pórtico”, y lo termina con otro soneto, “Epílogo”, hay 16 poemas variados en rima y extensión fáciles de leer y releer hasta quedarte henchida de palabras. Su vocabulario es culto, bello, pero es la vida, su propia vida la que está en juego, en esa hoguera que poco a poco se va apagando en “El humo de los días”. Destaco esa estrofa “Todo puede sembrarse todavía/ contra todas las formas del olvido/ y de la indiferencia despreciable,/ porque toda semilla rescatada/ aún tiene vocación de ser cosecha/ en la tierra olvidada de los pobres.” Enhorabuena.

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