Los lugares dedicados a las musas y al estudio, más conocidos por la conservación de los objetos de arte, celebran su día, su gran día, en el fin de semana más próximo al 18 de mayo, abren a deshoras, muestran su cara más generosa y lúdica para todas las edades, exponen novedades… Se diría que esperan todo un año para mostrar su mejor cara, para levantar su dedo participativo y anunciar que están ahí, aunque no siempre su gran labor sea reconocida. La cultura, el conocimiento y el saber en estas fechas son el centro del mundo. Los museos desde siempre han querido negar esa visión mortecina de ser conservadores de objetos antiguos, ahora más que nunca apelan a la vida, a lo actual, citan a las personas no sólo este día, no sólo a sus colecciones permanentes o puntuales, nos citan ayer, hoy y mañana a disfrutar la vida.
Cierto es que el pasado hay que rememorarlo con efemérides importantes de la historia, con exposiciones que nos recuerden el devenir del tiempo y sus acontecimientos, con muestras que nos hagan entender el presente y nos den claves para ir entendiendo lo que ya irremediablemente es el futuro. Y pese a que los museos siempre están más anclados en el pasado que en la actualidad, alzan su voz para demostrarnos que están muy vivos.
En la Noche Europea de los Museos del 20 de mayo casualmente se reivindica un Museo en Almagro para albergar las obras de arte desperdigadas en instituciones y colecciones varias, tanto religiosas como profanas apelando a la justicia de la costumbre y de la tradición con ese Cristo de la Misericordia que ha desaparecido injustamente para el culto religioso almagreño; se echa de menos un Museo del Ferrocarril en Ciudad Real, después de muchos años siendo un proyecto no consolidado, otro museo ciudadrealeño más se cree está en obras indefinidamente; en Madrid se juega en el Museo del Traje a juegos orientales y se realizan talleres de abanicos como alas de murciélagos; se miran los planetas y el cielo al compás de la música en el Museo del Teatro de Almagro; hay una ruta de enigmas de las esfinges en el Museo Arqueológico; un cuadro del pop art se subasta en cientos de millones; en el Museo de Arte Romano de Mérida se teatraliza la historia; en el Museo Sorolla te enseñan a jugar con la luz, si llevas una fotografía de la familia; incluso en el Museo del Romanticismo te puedes codear con un Larra o un Espronceda vivos gracias a los actores que los encarnan.
Pero no todo es lúdico, importa la gestión y las decisiones sobre ellos. En el Museo de Cera de Madrid llegó la figura de Trump, y le impidieron el paso con gran polémica, en el Museo de las Ciencias de CLM de Cuenca hay rifirrafes legales sobre su gestión y si los que trabajan ahí deben ser funcionarios o empleados de fundación; en Barcelona son los turistas los que acceden a los museos, no los barceloneses y para terminar decir que después de 20 años se abre de nuevo el Museo de Málaga con actuaciones musicales y en la misma ciudad ha cerrado el Museo del Automovilismo por motivos de conservación. Pues eso, a conservarlos, y a disfrutarlos al menos este fin de semana.