El aburrimiento infantil es bueno

Hay preocupación por la infancia y su estado de salud mental a raíz del alto nivel de depresiones en niños y adolescentes. ¿Son realmente felices nuestros niños? ¿Les damos una buena educación al margen de las consabidas carencias económicas o sociales? En cada generación aparecen problemas nuevos provocados por las formas actuales de vida que nos llevan al niño y a su forma de vida.

Hay miedo de los educadores a que los niños de hoy sean los padres y educadores del mañana, por las normas seguidas en los hogares, la permisividad y dejadez, la sobreprotección, pero también la exigencia, el acoso creciente sufrido por algunos con origen en su grupo de iguales, la intolerancia social, el uso generalizado y favorecedor del aislamiento con la creciente tecnología, la desigualdad en el hogar y refrendada por una sociedad que no soluciona sus problemas de justicia y equidad, etc. Por todo ello hay temor por cómo los jóvenes de hoy puedan solventar la educación de sus propios hijos en unos años. También se une el paro, la crisis, la pobreza y las diferencias de recursos y oportunidades entre familias.

Al margen de todo ello, los niños de hoy están también, no digo son, hiper-empleados, hiperactivos o mejor hiper-activados, hiper-utilizados, hiper-estimulados, hiper-motivados, y así todo llevado a un nivel máximo de hipersensibilidad que no permite que se sienta acompañado de sus propias expresiones, reflexiones o elecciones o, simplemente, de saber estar consigo mismo y para eso se necesita aburrir de vez en cuando.

Los expertos en psicología nos dicen que el aburrimiento es bueno. Les llevará a la reflexión en cada una de las etapas, a pensar por sí mismo sobre pautas, soluciones, sentimientos, emociones, creatividad, decisiones personales, etc.

Un niño o niña aburrido en algún momento del día, un niño no programado social y educativamente hablando, no tiene por qué ser un niño triste, pues utilizará ese tiempo para sí mismo como una verdadera joya, siempre el tiempo lo es, en cualquier lugar y ambiente, jamás ese tiempo dado y regalado a los niños será un tiempo perdido, pues el pequeño decidirá qué hacer, con qué juguete no adictivo poder jugar y lo hará con juguetes variados, como todo en la vida necesita variedad, como es el tiempo útil, las pautas, las salidas y el juego social al aire libre.

El aburrimiento lo llevará a la creatividad no perdida de la infancia, a desarrollarla, a ser uno mismo, coherente con su edad, a alejarse de la televisión si la usa en demasía o no adecuadamente, a dejar descansar los móviles porque aunque valiosos por sus juegos electrónicos y comunicativos, hay que darles un buen uso.

El aburrimiento es bueno y positivo, como lo es tener a los padres disponibles e inventar un cajón o rincón para el aburrimiento, con nuevas ideas, porque, ¿qué no se les ocurrirá a los niños si les dejamos pensar por sí mismos un rato?

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