De prácticas

Practicar es un verbo que cambia la vida para bien. Practicar es ejercitar algo no suficientemente consolidado, es ensayar aquello que ha sido imposible ensayar anteriormente. Un verbo amigo de “practicar”, o sinónimo, sería entrenar o adiestrarse en algo. Salvo que se diga lo contrario, practicar lo que sea es acostumbrarse a hacer algo que, o bien no lo hemos hecho nunca, o no lo suficiente. Practicar podría ser la clave genérica de experimentar y de adiestrarnos en algo desconocido, ya sea relacionado con el mundo laboral o con cualquier otro tipo de experiencia.

En los últimos años ayudo a practicar sus conocimientos teóricos a algunos alumnos y alumnas. Su experiencia se basa mucho más que en realizar unas prácticas laborales. A veces es imposible practicar por diversos motivos, uno de ellos puede ser que en un centro educativo falten recursos humanos suficientes para poder practicar y a cambio, en una escuela infantil determinada estén ahí esperándonos. Esa sería la principal diferencia entre unas prácticas en uno o en otro lugar: En el caso de la Educación Infantil, hay niños o niñas o no los hay, hay bebés o no los hay; y así podríamos extrapolar estas necesidades a cualquier ámbito del trabajo y de la Formación Profesional, para diferenciarlo de unas prácticas más bien teóricas a otras más bien reales, donde lo real se acerca al alumno y a su gran realidad de formación y aprendizaje.

He tenido la experiencia reciente de acompañar a un buen grupo de alumnos y alumnas en prácticas, sin contratos, sin titulación aún, sin sueldo ni becas…, son jóvenes de Formación Profesional donde se pone principalmente en valor su formación y conocimiento, a veces por parte de todos se les coloca el caramelo de un posible contrato de trabajo, contrato que un buen porcentaje consigue y que suele coincidir con quien mejor lleva esas prácticas, ese puede ser un gran premio a su buen hacer.

Ellos se afanan en practicar durante tres meses, o cuatrocientas horas, todo aquello que han aprendido para adquirir nuevas habilidades. Tratar a esos bebés, niños y niñas los lleva a querer mejorar en esas habilidades, en querer formarse con más ahínco si cabe al hacer Magisterio, porque ya han entrado en lo profesional que dice el título que preconizan sus enseñanzas.

A partir de ahora, ya son titulados con experiencia, ya han consolidado más aspectos y detalles para poder conseguir un futuro empleo de calidad, ya han aprendido que la educación es una labor de todos, y que ni siquiera a la hora de hacer las prácticas, donde se supone que todo ya está superado y se sabe, que todo está aprendido y practicado, todavía es necesario que el alumnado se deje guiar por sus tutores y personas con años de experiencia en una disciplina. En cualquier caso, el vínculo entre los estudios académicos y las prácticas ya se ha iniciado y la mayoría están felices de haberlo conseguido.

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