Me han regalado una agenda de William Shakespeare, una agenda suave y colorida llena de imágenes y datos del famoso actor, poeta y dramaturgo. Es una agenda alegre, como alegre es la celebración del cuarto centenario de su muerte coincidente con la de Miguel de Cervantes, si alegre es el centenario de un fallecimiento o de dos, ¿por qué será que nos empeñamos en celebrar más la muerte que el nacimiento de un importante personaje?
La agenda se ha comprado en su región natal y también de despedida, en Stratford-upon-Avon, situada en el municipio de Warwickshire al sur de Birmingham, en Reino Unido, un par de horas en tren desde Londres y se llega a un pueblo de unos 20000 habitantes, un pueblo con río, el río Avon. Me han dicho que allí todo es una fiesta, que hay cinco casas de Shakespeare para visitar. Su casa de nacimiento, abierta al público hace 250 años y que conserva la misma maderas; la casa de su mujer, Anne Hathaway cuando era soltera; la casa de su hija, Susanna, donde vivió ya casada con un médico, de ahí las plantas medicinales que la adornan; la tumba donde está enterrado; pero también la granja donde su madre vivió de pequeña.
Todo un pueblo fetiche al servicio del turismo cultural que hará de esta fecha historia en aquella región, si cabe más visitada en estos días, en estos abriles de primavera que nos traen sus versos y sus dramas.
Una locura mundial la de poder ir hasta allí. Mi agenda es alegre, su portada es de Philip Sutton, una composición chillona de colorido de 1988 titulada “William Shakespeare in the Globe Theatre”. Recuerdo la impresión que me hizo estar allí en él, hace ocho años, el ambiente teatral al lado del Támesis, los grupos de teatro en los carteles fotografiados, los actores animándote a entrar y la emoción de estar un poco más cerca de William Shakespeare.
Mis regaladores se asombraron de cómo toda una región vive por y para William Shakespeare en su ciudad de origen. Mi agenda de papel me lo demuestra. Antes habrá que traducirla, vienen numerosas láminas a color, no sólo del retrato del autor famoso sino de escenas de sus obras teatrales representadas a lo largo de la historia. Repartidas entre los meses, una gran cantidad de datos sobre el escritor y su obra. En la agenda he echado de menos un poema, aquí dejo uno de sus sonetos porque en ella me da pena anotar nada.
“No me sucede lo que a aquel poeta que versifica a una beldad pintada, y al cielo mismo emplea como adorno, midiendo cuánto es bello con su bella;
y en henchidas imágenes la acopla al sol, la luna y a las gemas ricas y a las flores de abril y a las rarezas que el aire envuelve en este globo vasto.
Sincero amante, la verdad escribo. Mi amor es tan gentil, podéis creerme, como cualquier hijo de madre, y brilla
menos que las candelas celestiales. Dejad que digan más los habladores; yo no quiero ensalzar lo que no vendo”.
Que soneto mas hermoso el que aparece al final, refleja la sinceridad de Shakespeare a la hora de escribir sonetos de amor y de la vida cotidiana. Estar dentro del teatro »The globe» de Inglaterra seria para mi toda una maravilla aunque me puedo conformar con fotos de la wikipedia y google. La obra literaria de W. Shakespeare es reconocida no por solo reflejar valores y negatividades humanos sino por también reflejar situaciones que pueden ocurrir de manera universal como un amor prohibido que acaba en muerte y un suicidio pasional evitable o inevitable.