Cuenta Luís Díaz-Cacho, poeta y coordinador del X Encuentro Oretania de Poetas `Palabra de Poeta´, que sorprende que Ciudad Real sea una provincia “donde hay mucha gente que escribe, y escribe bien”. Lo achaca a que viven en “los sueños del Quijote, en la tierra más hermosa del mundo…”, y lo cierto es que por los encuentros de poesía del grupo Oretania, que ya van por la décima edición, han pasado hasta el momento más de 40 poetas invitados.
Piedrabuena ha albergado la celebración del X Encuentro Oretania de Poetas que este año ha sido denominado “Palabra de Poeta”, y como sucede edición tras edición, y ya va una decena, el Grupo Oretania, organizador del acto, le encarga a Ediciones C&G, la edición de un libro monográfico que, de manera coral, recoge las composiciones que son protagonistas de la temática de cada año. En el encuentro celebrado en Piedrabuena, han participado 25 de los 34 poetas (algunos de los más prestigiosos y reconocidos de la provincia) que han configurado el libro. Y que, como viene siendo habitual, ha contado con la colaboración del Alfar Arias de Puertollano y el Centro Alfarero La Estación de Argamasilla de Calatrava. También es de destacar la magistral interpretación musical de Laura Gutiérrez, al violín y de Laura Herrera, a la guitarra.
El encuentro de poesía tuvo lugar en el Centro Cultural piedrabuenero, el pasado sábado, día 17 de noviembre, con la presencia del primer edil de la localidad, José Luis Cabezas, quien se mostró encantado con la oportunidad que su municipio tiene de sumarse a este evento cultural que cada año recala en una sede distinta dedicando palabras de elogio tanto para los poetas participantes, como para el coordinador y organizadores del evento. Cabezas destacó la importancia que tiene Piedrabuena para la poesía, cuna de grandes poetas como Nicolás del Hierro, quien le da nombre a un prestigioso concurso nacional de poesía y que recientemente ha celebrado su veinteava edición. También tuvo palabras para otro gran poeta piedrabuenero, Francisco Caro, autor del epílogo del libro.
Después del alcalde tomo la palabra la prologuista, de ‘Palabra de Poeta’, Eloisa Pardo, quien dijo sobre los poetas de estos encuentros que “después de regalarnos en anteriores ediciones con palabras de agua, de amor, de vino, palabras heridas, desnudas, de Quijote, palabras de Dios, ahora ahondan en el sentimiento literario para hablarnos de la Poesía, de las Musas, del chispazo que deslumbra al poeta, para descubrirnos, por fin, el lado oculto de la luna, para sanarnos, con sus versos, de esa enfermedad incurable que es la Poesía”.
Para ella el libro es un lujo donde Alfredo Jesús Sánchez, nos muestra en su poesía ese chispazo del que nos hablaba “ante el temblor involuntario/ del puro escalofrío en la piel/ busca la inquietud/ el debido misterio/ que vive en la belleza/ Preferir la mirada siempre”.
Ángel Díaz Peña, eleva un lamento frente a la sinrazón de la ausencia: “¿Qué consuelo nos queda/ en esta orfandad permanente?”
Antonia Piqueras se “perfuma los sueños de futuro con esencia de poesía” y para Diana Rodrigo, “las palabras son el instrumento generoso que deshoja la vida y sus misterios”.
Elisabeth Porrero escribe que el poema nos aguarda como “un amante que espera/ sabiendo que pronto/ recibirá el beso soñado”. Para Eugenio Arce, “la vida es una dulce melodía/ y el poeta ha de estar siempre en la brecha/ en busca de la llave que nos abra/ las puertas de una nueva creación”.
Isabel Villalta, declara sobre la poesía, “juro que si la busco se escabulle/ que, a veces, en reposo me sorprende” y para Jerónimo Calero “hay palabras que saben nadar hasta la orilla/ y asirse a una retama para tomar aliento”. Jesús Lara Serrano nos anima “canta, poeta, canta/ para abrir caminos nuevos”.
Para Juan José Guardia Polaino, “los poemas son náufragos que arañan las nubes/ y luego se ocultan bajo las cuencas de los ojos/ Los poetas, ebrios dioses”. Y el desvelo y desazón de Juana Pinés, “y el verso, siempre el verso, hirviéndome en las sienes/ y este corazón mío, callado y genuflexo”.
El poeta Luis Díaz-Cacho quiere cambiar el mundo con la poesía, “que la vida sin alma acaso es nada/ que vivir en el verso es lo que quiero”.
Para Luis García Pérez “el alma del poeta es una tolva/ que rumia soledad por donde vaya”. El canto de Luis Romero de Ávila, su verso, la palabra “que intenta hacerse vida/ para cantar al mundo/ los sueños más hermosos”.
Manuel Laespada nos invita a compartir el silencio, porque “a veces el silencio está lleno de poesía”. Manuel Mejía, clama al cielo ante las premuras del vate: “¡Te tienes que morir para que te oigan!” y Manuel Muñoz llora impotente ante la injusticia y pide inmolarse, “ser mecido por el viento ante tanta barbarie”.
Mª del Carmen Matute dice “a los poetas nos une la palabra/ tejida sueño a sueño” y Mª Antonia García de León, antes de acostar la poesía, congela la alegría atrapada para “hacer cubitos de hielo/ para los días tristes”. (Guardo una tarde sol, por si hace falta, dixit Manolo García).
Leyendo a Mª José García Bolós, evoqué a Hopper y a Chagall, “y desde aquel día su mirada profunda/ que envuelve mi piel/ como la poesía./ Es la única cosa humana y hermosa que aún recuerdo”.
Mª José López Lara razona “cuando a la vida se le borra la palabra futuro/ es entonces cuando se buscan los poetas”. Martín Gómez-Ullate, se lamenta en su elegía: “¡Ah, si hubiera sabido que era la última cena!/ Yo te hubiera escanciado el mejor de mis vinos”.
Miguel Galanes explica el oficio de poeta: “Quien vive en un poema/ abre una estancia que no es estancia/ que ni puertas tiene, ni cortina hay”. Natividad Cepeda, agradece y rescata a los poetas inmortales, “a todos los escucho dentro de mi silencio/ dentro de esta quietud que me da la poesía”.
Nieves Fernández, anima al poeta a luchar “contra todo el océano de la voz y la palabra/ así verás los brazos emerger a la luz, salvados de las aguas”.
Pilar Serrano de Menchén, nos trae poemas que se estrenan con el alba “porque nombras las cosas con luces nunca usadas”.
Presentación Pérez nos revela que es la poesía su sustento, “y me regalas la tierra y el olor a pan/ y rellenas los huecos de tantas despedidas”. Ramón Aguirre, nos invita a un brindis por los poetas, para que nunca desaparezcan, “la luna y las estrellas se teñirán de sangre” Y dice que paga él.
Ramona Romero de Ávila, necesita recordar que es “tejedora de versos, pintora de estrellas”, para alcanzar la respuesta y Santiago Romero de Ávila, asegura que no nos quitarán las rosas del alba, “mientras haya poetas que lleven/ la verdad y el amor en los labios”.
A Teresa Sánchez Laguna, la palabra herida le llega “sigilosa a mis alféizares/ derramando resplandores en la noche/ con impaciente bravura/ esparciendo tu néctar de ambrosía/ en el silente despertar de mis locuras”, de la misma manera que a Tomás Mejía Ruiz-Flores, las palabras le visitan, sin hacer ruido, “vestidas para el baile, mientras él las espera, tendido, sobre el rojo del sofá”.
El coordinador de esta serie de encuentros que arrancó allá por 2009 en Almodóvar del Campo, iniciando una gira por otras localidades de la provincia y por temáticas de lo más diverso, ha valorado la importancia de compartir un acto de estas características, que cumple “diez años de esta hermosa aventura, ‘Palabra de poeta’ es la décima entrega de un sueño que comenzó hace diez años, en tiempos de dificultad y de crisis en los que la cultura se escribía con minúscula”.
En su intervención Díaz-Cacho, recordaba que “no estamos todos. Nos han dejado Nicolás del Hierro y Fermín Fernández Belloso”. A Fernández Belloso lo recuerda Martín Gómez-Ullate en su poema “Palabras para un poeta”. Y a Nicolás del Hierro, lo hace otro piedrabuenero de pro, Francisco Caro, en el epílogo del libro “Hombre amable y austero, de frente amplia y sonrisa cómplice, Nicolás del Hierro pasó por la vida derramando. Fue siempre manantial de palabras y maneras, de verdades generosas. Su persona, tan apreciada como reconocida, era la posada ideal para la poesía, que en él se instaló para no abandonarlo nunca. Y él la cuidó con mimo. Y los demás supieron y le reconocieron”.
Por su parte y en nombre del Grupo Oretania, Julio Criado, agradece un año más a poetas y poetisas por su participación, al Ayuntamiento de Piedrabuena que “nos ha abierto de par en par las puertas de la localidad”, y también a “los poetas del barro”, los ceramistas Graci Arias y Ángel Leal, que desde el Alfar Arias y el Centro Alfarero ‘La Estación’ de Argamasilla de Calatrava aportan a cada año el detalle cerámico de gratitud para los participantes en estas ya ineludibles citas otoñales.
(Fuente: https://www.miciudadreal.es/)