A la carrera loca

Carreras hay muchas, locas y cuerdas, si no, que se lo pregunten a los miguelturreños al recuperar una de las más tradicionales y locas carreras para la programación de la fiesta churriega por excelencia, una carrera de máscaras para este sábado de carnaval a las cinco de la tarde, serán dos kilómetros y medio de recorrido, prometen que habrá chocolate y aperitivo. La inscripción, gratuita y la única condición, ir disfrazados.

Otras carreras, quizá más cuerdas, son por ejemplo la que se televisa hoy en Telecinco en Pasapalabra, donde un maestro conquense con discapacidad, César Garrido, ha ganado el rosco millonario por acertar tantos significados como letras tiene el abecedario, más de un millón de euros a su cultural osadía. Otras carreras de este mismo ámbito, serían las carreras universitarias, esas tan largas y difíciles, tan caras de sostener y superar, para que luego te hagan correr por distintos países porque en el tuyo no hay carrera que valga.

También las carreras locas y rápidas de las llamadas “partículas de dios”, esas que quieren demostrar algo novedoso sobre la materia y que han estado en parada técnica dos meses. Los aceleradores de esta carrera científica conseguirán que las partículas adquieran energía y, después de correr en direcciones distintas, choquen unas con otras a más velocidad que la luz y a doscientos grados bajo cero. Fría carrera tras la que presentarán resultados en la Conferencia de Física de Australia en el verano.

Y locas, locas del todo, la carrera de algunos parados por conseguir una entrada para el partido del Real Madrid a tan solo cinco euros, o la carrera del duque Urdangarín por huir de los medios de comunicación al verse sorprendido, ahora le permiten que vaya a declarar en coche.

Y en estos tiempos locos, no ha sido muy cuerda la loca carrera de los empleados públicos por retirar delante de los niños, alumnos todos de un colegio privado los enseres y muebles, pizarras y pupitres, por motivo de embargo. Ya saben, corriendo y compitiendo la sociedad por mejorar el derecho a la educación y protección de la infancia y la adolescencia, con agentes policiales o no que embargan tiza y golpean y hacen correr a otros menores en manifestaciones por culpa del frío en las aulas.

Carreras con culpa o sin ella para buscar el mejor precio o botín. El botín de los ladrones encapuchados que asaltan el almacén central de Seur y corren cargados con oro y diamantes, u otros ladrones que tienen aburridos a las autoridades, y hacen acopio de material agrícola, para que el pobre agricultor no haga carrera de futuro en sus siembras.

Carreras y carreras, culpables, divertidas, locas o cuerdas y muchas inhumanas como, ¡otra vez los niños!, cuando corren en Siria por las balas y mueren por cientos.

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