¡Brrr, exit!

Ya lo dijo Aristóteles, el hombre es un ser social por naturaleza, y por naturaleza necesita de otras personas para vivir y sobrevivir, así desde los tiempos de los tiempos se junta con otros seres humanos para subsistir. Pero también desde muy niño el hombre utiliza la frase “no te junto” para discriminar o aceptar a los miembros de grupo y esto se aprecia desde la primera infancia hasta en los grupos de jubilados, donde se sigue usando la discriminación. También con la pandilla infantil se utiliza “te junto” o “no te junto”, y posteriormente habrá formulas parecidas para elegir amigos, y esto continúa para elegir pareja libremente, o para elegir una ciudad donde vivir si se tiene posibilidad de elección. De tal forma que nos pasamos la vida eligiendo grupos donde vivir,  para estar acompañados, y abandonando grupos por nuestras circunstancias o por la necesidad de sobrevivir.

El grupo está siempre vivo, dinámico, perfecto o imperfecto, ya sea de niños, de jóvenes, de ancianos; hay grupos de intereses, de amigos, incluso grupos de enemigos, pero también grupos de estudiantes, de compañeros de trabajo, de políticos; hay grupos de empresas, de países, siempre grupos de humanos que a conjunto de humanos representan.

Hoy acabo de salir de uno de estos grupos, alguien puso esta fecha final para mi exit, pero sin consultarme. No siempre la salida es definitiva porque nunca se sabe, parece que fue ayer cuando me pidieron el teléfono para entrar en un grupo de WhatsApp que tanta información inmediata nos ha dado a nivel grupal. Igual que el chiste que circula por la aplicación del móvil de que “Reino Unido ha abandonado el grupo” o de que “Gibraltar quiere unirse a nuestro grupo”, nuestros nombres con los nuevos miembros hacían lo propio uniéndonos al principio de curso en el trabajo con los compañeros, pero los alumnos de un mismo curso también hacían lo propio para estar comunicados e informados. Así son los grupos humanos, se forman, se consolidan y se deshacen cuando los intereses ya no nos satisfacen a todos o se han cumplido los objetivos.

El niño juega y acepta compañeros en el juego, el hombre vive y acepta compañeros de vida, vecinos de edificio y de calle; el hombre se sale de un grupo por no existir química, o bien se une a un grupo por afinidad. Pero siempre quiere tener abierta la puerta de entrada y de salida, y rompe relaciones amistosas, profesionales, laborales, amorosas y de cualquier tipo de vecindad.

Ya desde niños, cuando jugamos compartiendo un columpio en un parque, nos acostumbramos a entrar y salir en este mundo de relaciones sociales hasta que nos preguntan si queremos salir de un país e independizarnos de una gran unión de países. Hay quien lo tiene muy claro y responde a la salida, al “exit“, al “brexit”, pero, ¿quién realmente sabe lo que nos deparará un divorcio o unas relaciones rotas de por vida? Hay mucho que pensar y decidir por el camino y por un mismo motivo votado en referéndum ahora hay gente asustada, satisfecha, enfadada o alegre. Exit o no exit era la cuestión y ha habido una respuesta.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *