Me lo decía ella, algunas veces llegaban hasta allí en carros con mulas y se quedaban a dormir varios días. Era hija única y la acompañaban su madre y sus tías, de las que todavía hay en la casa familiar alguna foto, donde se ven con trajes largos, unas veces con miriñaque y otras con polisón.
Ellas representan para mí a las mujeres del siglo XIX, pero la infancia de mi abuela como ya naciera en 1.998, la vivió en los primeros años del siglo XX. La he recordado con motivo de la finalización de las obras de los baños termales del Santuario de la Virgen de Las Nieves de Almagro, por parte de la Diputación del mismo nombre. He visto las fotos en la prensa y tienen toda la pinta de unas termas romanas, ya que puede ser éste su origen.
Si nos remontamos años atrás, mucho antes que mi abuela se bañara alegremente en las termas con sus tías, supongo que por motivos de salud de alguna de ellas, la historia nos dice que en la Edad Media había ahí una antigua ermita dedicada a la Virgen de Torrova, llamándose la población donde estaba enclavada esta ermita, Las Nieves. También dicen los historiadores que fue a partir de que Almagro se convierte en capital de la Orden de Calatrava cuando se concede la advocación de la Virgen de Las Nieves en nombre del Maestre de Calatrava. El historiador Hervás y Buendía en su obra “Diccionario Histórico, Geográfico, Biográfico y Bibliográfico de la provincia de Ciudad Real” nos habla de que aquellos campos se llamaban en realidad dehesa de Torrovilla y tenían un exido, es decir, un campo a la salida del pueblo que no se labraba y que era común para la suelta de ganados. Tan ricos eran estos campos que fue necesario firmar una Concordia entre las Villas de Bolaños y Almagro al deshacerse las pequeñas poblaciones, entre ellas la llamada Las Nieves, y las llamadas Mirabuenos y Matabestias.
Otros datos históricos situados en Bolaños de Calatrava nos informan de que anteriormente el lugar pudiera estar destinado a honrar a San Marcos. El caso es que años más tarde se levantó la nueva ermita en el siglo XVII por orden de Álvaro de Bazán, Marqués de Santa Cruz, como agradecimiento por salir ileso de la Batalla de Lepanto según nos dice el catedrático, historiador y cronista almagreño Federico Galiano, nos habla del notario Luis de Gauna quien da fe de que “su Excelencia a su costa hízola edificar y labrar en el dicho sitio y lugar un suntuoso templo desde sus cimientos… adornándolo con retablos, pinturas, ternos, joyas y vestidos, y dejando dotado un capellán mayor, y doce capellanes… todo para que la Santa Imagen esté asistida y servida con la mayor veneración y decencia que se pueda.”
Las ermitas suelen estar cerca de las aguas y no es casualidad, es una constatación de la simbología del Cristianismo, las aguas a veces manan en grutas como nacimientos de ríos o emanan por su actividad volcánica, este último es el caso que nos ocupa, ya llegará el buen tiempo y probaremos el baño de las aguas de Las Nieves, no recuerdo las enfermedades que me dijo mi abuela que esas aguas curaban, habrá que recordar, si no según el dicho estamos condenados a repetir la historia. Buen baño y felicidades por recuperarlo.