Jovenes Erasmus de Formación Profesional

Tal como este mismo mes de noviembre del año pasado, tres jóvenes veinteañeras muy valientes, informadas por el coordinador Erasmus de su Instituto, en este caso Jesús González del IES Atenea, se inscribieron para solicitar una beca de estudios en el extranjero, concretamente pretendían finalizar el curso y realizar sus prácticas en Alemania. Ellas eran estudiantes del Ciclo de Grado Superior de Técnico en Educación Infantil. Se ilusionaron con marchar a otro país de Europa y hacer vida en común, pensando en mejorar sus oportunidades de formación, aprender un idioma, de cara a adquirir una preparación especial, e incluso trabajar en esa ciudad europea de origen en un futuro próximo.

A veces, los estudiantes de Formación Profesional tanto de Grado Medio como de Grado Superior se asombran de que, ¿por qué no?, existan becas de ese tipo en F. P., donde su dotación les puede alcanzar para gastos del vuelo, alojamiento, manutención, etc., sabido es que muchas veces estos gastos también los tienen en la capital donde se ubica el centro educativo español y donde siguen sus estudios, centro que ahora les informa sobre la posibilidad de disfrutar de una experiencia diferente en su currículo.

Las tres jóvenes marcharon hasta aquella ciudad alemana con optimismo, buscaron antes del vuelo un apartamento para compartir y, con algo de ayuda, lo encontraron. También aprendieron todo lo que pudieron del idioma que meses antes iniciarían en un cursillo acelerado, el que a veces les obligaba a comer rápido. Ahí comenzaba su responsabilidad.

Y les fue concedida la beca. En Alemania estuvieron 90 días, sin volver a la península,  practicando su pedagogía con niños de colegios y escuelas infantiles, a veces con costumbres diferentes a las de su pueblo de origen por la climatología y otros aspectos, también diferentes por los principios pedagógicos impartidos anteriormente por el centro educativo.

Se unieron a otros grupos de jóvenes de estudiantes de F. P. del mismo centro, de otras disciplinas, jóvenes que socializaban incluso hasta formar parejas como es el curioso caso de un chico y una chica que comenzaron a convivir allí, jóvenes que estaban muy contentos de su autonomía, donde el trabajo les completaba sus estudios de forma novedosa. Cada quince días contactaban con sus tutores  educativos españoles y mantenían una comunicación dando detalles, siempre ilusionantes, sobre su experiencia.

Erasmus de FP ha sido muy importante en sus vidas. Ahora, sólo quedaba un detalle final, si en las empresas les contratarían para quedarse algo más de esos tres meses, es decir, todo un año de contrato, y poder abrirse paso en esa Europa que abre las puertas y les confiere un aspecto plus para ser contratados a su vuelta a España, o por el contrario seguir unos años más con una formación diferente y enriquecida.

Dos de esas tres chicas así lo hicieron, la otra tenía sus propios planes, pero allí siguen, donde estarán al menos un año más. Son ejemplo de estudiantes que albergan la posibilidad de viajar a otro país e iniciar una nueva forma laboral de vida.

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