Libro visible

Un amigo invisible que se hizo amiga visible tras la Navidad, a modo de juego y misterio, me regala un libro muy visible. Lo es porque está lleno de poemas y sugerencias en viejos sobres de correspondencia de las cartas de una autora, de las primeras mujeres que osaron llamarse poetas en el mundo. Un libro que recoge un poemario bilingüe para más señas, por ser Estados Unidos y el inglés su origen geográfico y lingüístico. Un libro de poesía que en realidad es una antología, no una antología cualquiera, sino una joya antológica ilustrada. La escritora es del siglo XIX; la ilustradora, una jovencísima pintora del siglo XXI: Emily Dickinson y Elia Mervi, respectivamente.

¿Cómo se ve atrapada Elia Mervi en los textos de Emily Dickinson para crear esa atmosfera poética de sus páginas?  Sencillamente, se deja atrapar por Preferiría ser amada, así se titula la obra, con selección de poemas a cargo de Juan Marqués, y traducción de Abraham Grajera, publicado recientemente por Nórdica Libros.

¡Qué de gente para editar un libro de Emily Dickinson!, cuando ella misma no tenía interés ninguno en publicar sus obras en vida, cuando su cuñada Susan (Dickinson), gran genio del saber, esposa de su hermano, profesora, escritora y editora, consiguió al fin poder editar la obra guardada.

El libro se hace visible y comienza con una carta de una a otra mujer. Se ha hablado mucho de la relación entre ambas, de un amor tan inmenso que se duda de lo fraternal y humano y se acerca a un amor inmortal, espiritual, incluso una relación entre mujeres: “Cómo intentaré decirte lo mucho que te quiero y cuanto velo por ti, pero las palabras no acudirán, sí las lágrimas, y me dejo caer en la silla, desalentada”.

En sus cartas y poemas trata los temas de la muerte, el amor, la mortalidad, la verdad y la sinceridad: “Porque el amor es más fuerte que la muerte”. Es una poeta moderna para su época, atrevida y sensual: “¿Quién piensa en ti cuando los otros duermen?”

Preferiría ser amada es una obra llena de cartas poéticas y poemas basados en la naturaleza, escritos hacia mediados del siglo XIX, con pájaros, petirrojos, cuervos, abejorros, gallinas, árboles, flores, abejas, moscas y otros insectos. Emily describe a los seres vivos que la rodean en su peculiar encierro, ¿voluntario? Conozco alguna escritora así. La autora estadounidense describe con ímpetu lo doméstico y lo elevadamente misterioso y sentimental: “Cerrar los ojos es Viajar. / Las Estaciones lo entienden. / Qué desolador es ser Cosa! Me refiero a —carecer de alma”.

Por su parte, Elia Mervi, toma muy en serio la ilustración, conoce el alma de la autora y en su estilo de corte romántico supera las expectativas de un libro y su visibilidad. Se entremezclan los sobres antiguos, con flores y figuras femeninas de la autora en variadas poses y movimientos que nos acercan a su época. Libro artístico y  muy visible.

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