Más de ochenta personas, entre ellas poetas, acudieron al recital ofrecido por el Grupo de Recitación Musical del Ateneo Juan de Ávila con motivo del Día Internacional de los Museos.
Percibir la risa, el guiño, el juego y el requiebro, pero también el profundo poso, sutil belleza y fulminante huella de palabras contenidas en poemas, mientras se contemplan esculturas y cuadros de arte barroco y contemporáneo, fue la propuesta de los Amigos del Museo de Ciudad Real para conmemorar este miércoles el Día Internacional dedicado a los espacios museísticos.
El Grupo de Recitación Musical del Ateneo Juan de Ávila ya lo hizo el Día de la Poesía, llevando en volandas a los visitantes por las salas del antiguo Convento de la Merced, y en esta ocasión se decantaron por una poética de raíces manchegas, ambientada musicalmente por Margarita Barroso al piano en la zona del Barroco de la planta baja y los guitarristas Carmelo Rodríguez y Rafa García en la de contemporáneo de la planta superior.
El número de asistentes creció, más de ochenta, y entre ellos estuvieron algunos escritores de quienes se recitaron versos como Elisabeth Porrero, de Ciudad Real, con ‘Asombro del poema’; Dionisio Céspedes, de Mestanza, con ‘Noches de invierno’; Eugenio Arce, de Torrenueva, con ‘Canto a mi tierra’; Félix Pillet, alicantino y ciudarrealeño de adopción, con ‘Rincón del calendario’; y Ana María Matute, de Santa Cruz de Mudela, con ‘Yo no pido tu tiempo ni tu historia’.
Beatriz Crespo, presidenta de la Asociación de Amigos del Museo de Ciudad Real, fue una de las rapsodas del equipo del Ateneo Juan de Ávila, integrado también por la malagonera Margarita Barroso, los almagreños Jesús Romero y Francisco del Río, el valdepeñero Antonio Serrano y los ciudarrealeños Javier Naharro y Maite Rincón.
De sus labios, cobraron vida brillantes poemas de amor como ‘Un río como un sueño’, de la almagreña Nieves Fernández; ‘Si tú me abandonaras’, del emeritense y tomellosero de adopción Félix Grande; ‘Para hacer necesario lo que somos’, del piedrabuenero Francisco Caro; y ‘Soneto de la llegada ansiosa’, del valdepeñero Juan Alcaide; así como el travieso y centelleante ‘No le cortes las alas a la espiga’, del alcoleano Ángel Crespo.
La primera parte del manchego recital, rodeados de obras del Barroco religioso, se completó con ‘Soneto a la clausura’, del propio Jesús Romero, pasando los asistentes a una de las alas de la primera planta para, entre significativas piezas del arte del siglo XX, escuchar en una segunda sesión de poemas cómo ‘Quema el café en los labios’, de la tomellosera Natividad Cepeda; sentir la ‘Luz de agosto’, del ciudarrealeño Fernando José Carretero; emocionarse con las fracciones de ‘Como hogazas de pan’, de la manzanareña Juana Pinés; deslumbrarse con la panorámica de ‘La Mancha al sol’, del tomellosero Eladio Caballero; y reconocerse en la descriptiva perspectiva personal de ‘Diálogo’, de la almagreña Concha Téllez.
Con el solanero Santiago Romero de Ávila y su ‘Acorde final de esperanza’, añorando “una siembra de paz y alegría y una sublime y celestial labranza”, comenzó la tercera parte, en el otro extremo de la misma sala de arte contemporáneo, del recital que incluyó ‘joyas’ como ‘Soneto del sol en la viña’ y sus “perlas blancas y de oro” de “milagrosa orfebrería”, de Juan Alcaide; junto a otras delicias como ‘Garabatos’, del almagreño Justo Vicente Fernández; ‘La sociedad secreta’, de Ángela Vallvey, de San Lorenzo de Calatrava; y ‘Clamor de espigas’, de Presentación Pérez, de Villanueva de los Infantes.
Juan Alcaide fue uno de los autores preferidos de los rapsodas –cada uno eligió cuatro poemas de autores manchegos para la ocasión- y con su ‘Jardín’, de nuevo en la sala de Barroco, echó a andar la última parte del recital que mereció la pena tan sólo por escuchar el conmovedor poema ‘Lágrimas de cristal’, del tomellosero Dionisio Cañas. No se quedaron atrás ‘Soy de la espiga’, de Alfredo Sánchez, de Castellar de Santiago; ni ‘El pan moreno’, de Ángel Crespo, para culminar la velada con ‘Oración al maestro’, de la almagreña Manolita Espinosa, cantado por Jesús Romero.
(Fuente: lanzadigital.com)